Era 11 de febrero de 2016, hace apenas unas semanas, cuando compartí en mi perfil de facebook un vídeo muy inspirador de eldiario.es en el que se hacía un repaso a más de dos años de Micromachismos, un blog “para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados”.

Inmediatamente recibí un mensaje por whatsapp de mi buen amigo Carlos: “Tu eres feminista, ¿no?. Me parece que estás perdiendo el norte amiga. Se te va. Desde el cariño”. Si le preguntáis (porque yo lo hice) os dirá que era una broma y que a mí me falta sentido del humor pero, como dice mi querido, detrás de toda broma se esconde una verdad.

Lo cierto es que, desde el verano pasado que me leí el libro Lean In de Sheryl Sandberg que, por cierto, he recomendado y recomiendo a todos, me he sensibilizado especialmente con todos los temas que afectan a la mujer y especialmente al papel de la mujer en el trabajo.

Me he encontrado entonces con un rechazo frontal de muchas personas que, como mi amigo Carlos, me han llamado feminista como si estuviesen invocando a Satanás. Me he dado cuenta entonces que si esto es ser feminista, sí, lo soy y no sólo eso sino que creo que es una obligación moral de todos garantizar que las mujeres se desarrollen profesionalmente al menos en las mismas condiciones que los hombres.

No creo que sea capaz de aportar nada nuevo y pido disculpas por adelantado si este blog resulta finalmente un espacio para desahogarme, simple y llanamente, o  para dejar por escrito todas las horas de conversación que tengo con mis amigas. Ojalá mi historia y las que me van contando ellas sirvan para abrir camino. Por Astrid, Carmina y Eve, Luisa y Sandra, Vanessa y Ana, Paula, Sonsoles y Julia, Isa y Bea, Eli y Marta, Cris y María… También por Paloma que me dice que ella lo luchará por sus hijas porque para ella es tarde. Por todas ellas es este blog.

 

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