Con la resaca del oro de Mireia y en plena fiebre de olimpiadas, se me ocurrió que podría ser buena idea escribir sobre mujeres deportistas.

Cuando pienso en deporte pienso en Ana. Antes pensaba en mi padre o en mi amigo Jesús que ve hasta bocha por la televisión con entusiasmo pero ahora pienso en ella. Lo hago porque sabe más que nadie y porque deja con la boca abierta a todos los que creen que esas cosas son “cosas de chicos”. Ana es una de las personas más brillantes que conozco y también una de las más comprometidas por eso, en cuanto le conté la idea y aceptó, no tardó ni dos días en pasarme algunas opciones. Quedamos entonces en que ella elegiría dos y yo otras dos. Allá va nuestra selección, escrita al alimón. Mejor compañera, imposible.

Billie Jean King

billi jean king

Elegir significa excluir y vaya por delante que esta selección de nombres propios es totalmente arbitraria y personal y no pretende ser un ranking, sólo una breve lista de personas e historias que nos gustan.

Ser pionera o pretender serlo puede conllevar el encumbramiento por el éxito novedoso si se logra o la crítica más feroz por el fracaso y ridículo si no se logra. Por eso, se puede considerar que tiene mucho de hecho, pero también de intención.

Para personas de éxito puede resultar más difícil innovar, puesto que ya están instaladas en un estado de bienestar y comodidad al que no tienen necesidad de renunciar o poner en tela de juicio por intentar ir más allá.

Por eso esta historia me gusta. Porque parte de una persona que, ya instalada en el éxito, decide intentar contribuir a mejorar la situación de todo un colectivo, el de las mujeres en el tenis, en este caso.

Billie Jean King es una de las mejores jugadoras de tenis de la historia. A los muy avezados en deporte quizá les suene y les venga a la mente esa imagen de una mujer con el pelo corto, rizado, pelirrojo y, sobre todo, grandes gafas. Número 1 del tenis, ganadora de 39 torneos de Grand Slam (12 en individuales y 16 en dobles y 11 en dobles mixtos) y fundadora de la WTA (Women’s Tennis Association). Su mayor legado reside en su lucha por la igualdad en el tenis, el deporte y la vida.

Habiendo sido ya número 1, en 1973 disputó y ganó el famoso partido llamado ‘La Batalla de los Sexos’ contra el ex tenista Bobby Riggs (que anteriormente había afirmado que el juego femenino era muy inferior al masculino) para concienciar a la gente de que el tenis femenino y el masculino estaban al mismo nivel, y que, por lo tanto, los premios en los grandes torneos también debían estarlo. Tras el partido afirmó que pensaba que “si no ganaba, las mujeres íbamos a retroceder 50 años. Arruinaría el circuito de tenis femenino y afectaría a la autoestima de todas las mujeres.”

Nunca sabremos qué hubiera significado una derrota, pero sí sabemos lo que significó que Billie Jean King ganara ese partido y el partido por la igualdad ‘salarial’ en el tenis: en 1973 el Abierto de EEUU se convirtió en el primer Grand Slam en ofrecer los mismos premios para hombres y mujeres.

La paridad entre los premios masculinos y femeninos se instaló en el tenis gracias a Billie Jean King.

Lisa Leslie

Si alguna persona que lee este texto es seguidora de baloncesto, seguro que tendrá en mente algún ‘epic fail’ (probablemente el término que buscaríamos en Google) de algún jugador que no logra encestar al entrar a canasta con una bandeja o un mate.

Volviendo al tema de las mujeres deportistas, ¿alguien se acuerda de algún mate realizado por alguna jugadora en partido profesional? Hoy en día, quizá, pero allá por el año 2002 ninguna mujer había sido capaz de encestar hacia abajo en partido oficial.

Pero entonces ocurrió esto:

Lisa Leslie, jugadora de 1,97, fundadora de la WNBA, liga de baloncesto profesional femenina de los EEUU, cogió el balón en un contragolpe y lo hundió. Un hecho aparentemente sencillo que no había logrado ninguna mujer antes y que supuso un gran espaldarazo para la visibilidad y el reconocimiento del baloncesto femenino.

Además del mate, Lisa es posiblemente la mejor jugadora de baloncesto de la historia. Ya en el instituto apuntaba maneras, logrando hasta 101 puntos en un partido. En la WNBA no sólo logró el título en dos ocasiones, sino que además fue nombrada MVP de la temporada regular, las finales e incluso del partido de las estrellas en 2001.

Por si quedaba alguna duda de la importancia de este referente en el baloncesto femenino, también tiene en su haber 4 medallas de oro olímpicas.

Pero si tuviera que destacar una sola cosa de esta deportista no sería tanto su palmarés, sino su capacidad para liderar y trascender.

Lili Álvarez

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En cuanto leí el resumen sobre Lili Álvarez que me pasó Ana, me decidí por ella. Lilí o Elia María González-Álvarez y López-Chicher fue la primera deportista mujer que representó a España en unas Olimpiadas. Era 1924 en París.

Lili destacó en patinaje, en tenis, en esquí y hasta se atrevió a romper todos los esquemas participando en el Campeonato de Cataluña de Automovilismo donde, por cierto, consiguió su primer y único título en este deporte.

Pero no elegí a Lili por sus títulos, ni porque hubiese sido finalista de Wimbledon tres años consecutivos, ni por su medalla de oro internacional de patinaje, ni siquiera por ser la primera en representar a España en unos juegos. Elegí a Lili porque se empeñó en poner de relieve el deporte femenino no sólo como profesional sino también como escritora y periodista.

No importan tanto sus títulos o logros como su capacidad de poner de relieve el papel de la mujer en el deporte en una España de posguerra. Una España entonces, como ahora, necesitada de figuras inspiradoras.

Miriam Blasco

De Miriam Blasco me acuerdo hasta yo que de deporte sé lo justo. Era un 31 de julio de 1992 cuando Miriam venció a su rival británica en la final de judo para peso ligero consiguiendo así la primera medalla olímpica para una española. La recuerdo tirada en el tatami, llorando de alegría y recuerdo a un estadio coreando su nombre. Dos días antes, su entrenador, Sergio Cardell, la persona que la había llevado hasta allí, moría en un accidente de coche pero hasta de eso Miriam se repuso y luchó con todas sus fuerzas.

El judo femenino nunca antes había sido deporte olímpico, antes era un deporte sólo de hombres. Pero Miriam y Almudena Muñoz, al día siguiente también en judo, salieron convencidas y ganaron un oro para España, demostrando que las mujeres tenían mucho que decir, también, en las artes marciales.

Para conocer un poco mejor la historia de Miriam os recomiendo esta entrevista de Televisión Española.

Con ellas inauguro sección en el blog, una sección donde espero contaros historias de mujeres inspiradoras, de mujeres que lucharon y con su esfuerzo cambiaron en algo nuestras vidas, las de todas y abrieron camino en un mundo no siempre fácil. ¡Espero que os haya gustado!

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